Osa Corcovado Camping

Muchos de los senderos para caminar del Parque Nacional Corcovado comienzan cerca de los portones de entrada y de los puestos de la guardia forestal: desde el ingreso de El Tigre (a 20 minutos) hay una ruta de tres a cuatro horas que conduce a lo que solían ser sitios de explotación minera de oro de la región (por lo que quizás encuentres alguna pepita para ti), además de un recorrido de un día para los más enérgicos. Otros dos senderos comienzan en la entrada de Los Patos (a 40 minutos) y conducen hacia lo profundo de la selva través del río Rincón. Para descubrir otra perspectiva de Corcovado y de sus exóticos residentes, vale la pena viajar una hora y media para llegar a Bahía Drake, en donde una pasarela te conduce por encima de la copa de los árboles. Puedes hacer muchas excursiones de un día en las afueras del parque, ya sea en Dos Brazos o en Puerto Jiménez, ambos a 20 minutos. Entre las excursiones se incluyen piragüismo por los manglares, snorkel o viajes en el mar para avistar tiburones, ballenas y delfines. La Reserva Forestal Golfo Dulce (a 40 minutos) tiene un terreno totalmente distinto: es uno de los lugares más irrigados del planeta, con algunos de los árboles antiguos más altos, manadas de monos en las alturas, ranas venenosas de dardo y jaguares. A una hora y diez minutos queda el Humedal Nacional Térraba-Sierpe, menos irrigado pero aún así lleno de vida: aquí encuentras desde iguanas y tortugas verdes hasta garzas y grullas. Uno de los grandes atractivos de esta región son las misteriosas esferas de piedra perfectamente talladas por un pueblo que desapareció hace mucho tiempo.