Domaine de Kerlann

Por ser la región francesa con la franja costera más extensa del país, Bretaña es uno de los mejores lugares para sucumbir a los placeres de la costa, prefieras explorar el litoral, degustar los platos de pescado locales o tomar el sol en las playas que quedan a poco tiempo en automóvil de Kerlann: Raguénès, Rospico, Port Manec’h y Pointe de Trévignon quedan todas a menos de cinco kilómetros. Si te apasiona la navegación, aprovecha para participar en los cursos para adultos que ofrece el socio de navegación de Domaine de Kerlann, la compañía Cardinale Sud. Alternativamente, ve a practicar esquí acuático, windsurf o pesca marítima en los alrededores. Algunos destinos cercanos incluyen las islas del archipiélago de las Glénan y La Presque'Ile de Crozon, además de la aldea pesquera de La Pointe du Trevignon. O visita los históricos pueblos y aldeas de Bretaña: Quimper es el pueblo más antiguo de Bretaña y alberga calles adoquinadas, casas de madera y una famosa tienda de porcelanas, además de go-karts, chocolaterías y un circuito de cuerdas altas en el parque Le Bonobo Parc. La localidad de Pont Aven, antiguamente dedicada a la molienda, está emplazada al final de un valle verde y a las orillas del río Aven, y es un conocido paraíso para la pintura: tanto Émile Bernard como Paul Gauguin pintaron allí, y encontrarás numerosas galerías comerciales y una pública, además de un laberinto y una mini granja en la que los niños podrán desatarse. Si eres entusiasta de la pintura y la fotografía, deberías visitar la Punta de Raz, un promontorio de la costa bretona en el Atlántico: echa un vistazo al faro La Vielle desde las rocas, y luego pasea por la aldea de Le Faou en el extremo noreste de la península de Crozon, que es una de las “Plux Beaux Villages” (“Aldeas más Hermosas”) del país. Otros días de excursión puedes pasarlos en los alineamientos de piedras de Carnac, con más de 3.000 piedras de páramo; en el parque natural y floral Les Jardins de Rospico, en Nevez; y en el Golf de Cornouaille, un campo de golf y casa-club del siglo XVIII. Los pequeños entusiastas de la naturaleza podrán explorar el fondo del mar en el acuario L'Oceanopolis de Brest o conocer diversas especies de cinco continentes en el Pont-Scorff Zoo.